Recuerdos De Mis Pasos Perdidos

bajo registro ISBN: 9788483676899
Recuerdos De Mis Pasos Perdidos

Sinopsis completa de Recuerdos De Mis Pasos Perdidos

Resumen de Recuerdos De Mis Pasos Perdidos:

Pío Fernández Muriedas (asimismo conocido por Pío Fernández Cueto, seudónimo utilizado en el periodo posterior a la guerra civil española, al no poder utilizar el apellido Muriedas). Fue el principal recitador de poesía clásica que ha tenido España en el siglo XX, reconocido por poetas, pintores e intelectuales de dicha época.

Los más enormes intelectuales quedaron asombrados y glosaron de una manera significativa la apuesta de este hombre, que dedicó todo su ser a la poesía y la pintura.

A partir de el prisma de la literatura y la poesía escribieron acerca de él Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Miguel Ángel Asturias, Camilo José Cela, Fernando Savater, Fernando Arrabal…. y una numerous relación de los personajes más significativos de la intelectualidad española del siglo XX.En la zona plástica tuvo la amistad y el reconocimiento de los enormes de la pintura como Joan Miró, Antonio Quirós, Pancho Cossío, Gutiérrez Solana, Lucio Muñoz, Enrique enorme, Antonio Sedano… y más de 50 pintores que le retrataron.

Pío jamás realizó ningún otro trabajo que no fuera el de recitador de poesía o pintor, (dio más de 2.

000 recitales de poesía a lo largo de España en colegios, universidades, escuelas, ateneos, teatros, muchos centros culturales y en cualquier lugar donde tuviera cabida la voz del poeta)Pío Muriedas nunca estuvo parapetado ante otra profesión remunerada que ce permitiera desarrollar su arte con seguridad.

Fue autentico, único, irrepetible, quijotesco, un hombre del siglo XVI. Nunca cedió su libertad a cambio de la seguridad del sistema, no existió como número estadístico del sistema.

Escritas por Pío Muriedas y realizada la transcripción y el resumen de las mismas, por su hijo Manuel Mª Fernández Gochi, corrección literaria de Jesús Pindado, ilustraciones y retratos de Antonio Sedano, prólogo de Fernando Savater y epílogos de Jesús Pindado y Fernando Arrabal