Del Verbo, La Oscuridad
escrito por Manuel Gallego Arroyo bajo registro ISBN: 9788477892946
Sinopsis completa de Del Verbo, La Oscuridad
Resumen de Del Verbo, La Oscuridad:
“Del Verbo, La Oscuridad” de Manuel Gallego Arroyo, publicado por la Diputación de Ciudad Real, se presenta como un título de gran ambición, una obra que busca un diálogo profundo con la tradición filosófica y poética occidental, cuestionando sus presupuestos más arraigados.El libro no se limita a una simple narración; se plantea como un viaje al límite de las prerrogativas que nuestra civilización ha otorgado al logos, a la poesía y a lo que entendemos por “iluminado”. Gallego Arroyo, a través de un lenguaje evocador y lleno de imágenes, nos invita a reflexionar sobre las consecuencias de un pensamiento excesivamente racional, y sobre la necesidad de recuperar una dimensión más intuitiva y sensible de la experiencia humana.
Esta obra, más que una lectura pasiva, exige un esfuerzo activo por parte del lector, obligándolo a confrontar sus propias ideas preconcebidas y a explorar la intersección entre la razón y la intuición.
El proyecto editorial, vinculado a la Diputación Provincial de Ciudad Real, sugiere un interés en la promoción del pensamiento crítico y en el fomento del debate sobre los desafíos que plantea el mundo contemporáneo.
La publicación de "Del Verbo, La Oscuridad" se enmarca en una estrategia más amplia de dinamización cultural y de consolidación del patrimonio intelectual de la región.
El libro, por tanto, no solo representa una contribución individual a la literatura española, sino que también refleja un compromiso con la promoción del debate y la reflexión sobre temas relevantes para la sociedad actual. La obra se estructura como una serie de reflexiones interconectadas, centradas en la crítica de la hegemonicidad del logos occidental y en la búsqueda de una alternativa, basada en la experiencia sensorial, la intuición y el silencio.
Gallego Arroyo argumenta que el logos, en su forma tradicional, ha impuesto una lógica restrictiva al pensamiento, reduciendo la realidad a una serie de conceptos y categorías, y negando la importancia del “no pensar”. Este enfoque, según el autor, ha llevado a una deshumanización de la experiencia, a una alienación del individuo y a una incapacidad para comprender la complejidad del mundo.
La construcción de la narración se va desarrollando a través de imágenes y metáforas que remiten a la mitología pre cristiana, a la poesía lírica, y a las prácticas contemplativas de diversas tradiciones religiosas y filosóficas.
Se exploran conceptos como la “oscuridad” no como ausencia de luz, sino como un estado de potencialidad, de receptividad, de conexión con lo primigenio.
Se recurre a la imagen del bosque, del río, del laberinto, como símbolos de la búsqueda interior, del viaje hacia lo desconocido.
La obra no busca ofrecer respuestas definitivas, sino plantear preguntas y estimular la reflexión.
Se alude, especialmente, a la tragedia griega, entendida como una expresión de la tensión entre la razón y la pasión, entre el orden y el caos, entre la vida y la muerte.
Gallego Arroyo explora la idea de que la poesía es una forma de acceder a la verdad que escapa a la lógica del logos.
La poesía, para el autor, es una forma de expresión que utiliza el lenguaje de una manera no racional, apelando a las emociones, a la imaginación, y a la intuición.
Se invita a suspender el juicio crítico y a dejarse llevar por la belleza y la intensidad del lenguaje poético.
Se presenta la iluminación, no como un estado trascendental, sino como un estado de apertura, de receptividad, de conexión con lo que está “más allá”. Esta “iluminación” se alcanza a través del silencio, la meditación, y la contemplación de la naturaleza.
La obra se construye, en última instancia, como un acto de resistencia contra el pensamiento dogmático y hegemónico.
El autor nos anima a cuestionar los límites impuestos por la razón y a explorar otras formas de conocimiento, basadas en la intuición, la imaginación y la experiencia sensorial.
Se propone una alternativa al modelo racionalista y positivista, basado en la integración de la razón y la emoción, de lo consciente y lo inconsciente.
La estructura del libro, aunque aparentemente fragmentada, se revela como un entramado complejo de ideas interrelacionadas.
Gallego Arroyo se distancia de las grandes narrativas de la historia y de la filosofía occidental, proponiendo una perspectiva más humilde y abierta, que reconoce la importancia de la experiencia individual y de la diversidad de interpretaciones.
La obra no se presenta como un sistema filosófico cerrado, sino como un punto de partida para una reflexión continua.
La reflexión sobre la "oscuridad" se desarrolla a través de múltiples metáforas, vinculadas a la experiencia de la duda, de la incertidumbre, y de la falta de control.
Se argumenta que la oscuridad no es un vacío, sino un espacio de potencialidad, de posibilidad, de transformación.
En la oscuridad, se dice, es donde reside la verdadera belleza, la verdadera verdad.
La oscuridad, en este sentido, es el lugar del misterio, de lo incomprensible, de lo que no se puede reducir a categorías conceptuales.
Gallego Arroyo plantea la importancia de la emoción como fuente de conocimiento.
Se argumenta que la razón, por sí sola, es incapaz de comprender la complejidad del mundo humano, y que la emoción es una herramienta fundamental para la experiencia y la comprensión.
La obra explora la relación entre la emoción y el conocimiento, utilizando ejemplos de la historia y de la literatura para ilustrar su argumento.
Se reconoce que la emoción puede ser tanto una fuente de error como una fuente de verdad.
La obra culmina con una llamada a la responsabilidad individual.
Se invita al lector a asumir la responsabilidad de su propio pensamiento y de su propia vida.
Se argumenta que cada individuo tiene la capacidad de crear su propio mundo, de definir sus propios valores, de construir su propia realidad.
Se rechaza la idea de que el individuo debe seguir ciegamente las normas y los dogmas impuestos por la sociedad.
La conexión con la poesía se mantiene a lo largo de la obra, no como un mero elemento decorativo, sino como una herramienta esencial para la comprensión del mundo.
Se argumenta que la poesía es una forma de acceder a la verdad que escapa a la lógica del logos, y que nos permite conectar con la dimensión más profunda de la experiencia humana.
Se presentan ejemplos de la poesía de autores como Rilke o Lorca, para ilustrar su argumento.
Opinión Crítica de Del Verbo, La Oscuridad
“Del Verbo, La Oscuridad” es una obra ambiciosa, que intenta abordar preguntas fundamentales sobre la naturaleza del ser humano, la relación entre la razón y la emoción, y el sentido de la vida.La obra se distingue por su estilo evocador, su riqueza de imágenes, y su profundidad filosófica. Gallego Arroyo consigue transmitir una sensación de misterio y de inquietud, que invita al lector a reflexionar sobre sus propias ideas preconcebidas.
Si bien la obra puede resultar densa y a veces difícil de comprender, es una lectura enriquecedora para aquellos que estén dispuestos a enfrentarse a los límites del pensamiento racional.
La crítica de la hegemonía del logos es, sin duda, un punto fuerte de la obra.
Gallego Arroyo nos recuerda que el logos, en su forma tradicional, ha impuesto una lógica restrictiva al pensamiento, reduciendo la realidad a una serie de conceptos y categorías, y negando la importancia de lo que está “más allá”. La obra nos invita a cuestionar los límites de la razón y a explorar otras formas de conocimiento, basadas en la intuición, la imaginación y la experiencia sensorial.
Si bien la crítica es pertinente, el autor a veces se excede en la abstracción, lo que puede dificultar la comprensión de la obra.
Sin embargo, la obra presenta algunas debilidades.
La falta de una estructura narrativa clara puede resultar frustrante para algunos lectores.
La recurrencia a metáforas y símbolos puede ser confusa, y la ausencia de una argumentación sistemática puede hacer que la obra parezca aleatoria y desorientada. Además, algunas de las ideas propuestas por el autor son controvertidas y podrían ser objeto de debate.
No obstante, estos aspectos, lejos de ser un defecto, pueden ser vistos como una oportunidad para la reflexión crítica.“Del Verbo, La Oscuridad” es una obra que merece ser leída y debatida. Es una obra que, a pesar de sus limitaciones, nos invita a cuestionar nuestras propias ideas sobre el mundo, sobre el ser humano, y sobre el sentido de la vida.
Se recomienda a lectores que busquen un pensamiento poco convencional, que estén dispuestos a confrontar sus propias limitaciones, y que disfruten de un estilo evocador y misterioso. La obra no ofrece respuestas fáciles, pero sí nos ayuda a plantear las preguntas más importantes.